Los sueños no se detienen, sin importar la edad Marly continúa la práctica del ballet, su pasión por la danza la comparte ahora a través de la enseñanza, irradia felicidad cuando baila, se mueve con elegancia y disfruta el ballet.
Ella mira por la ventana en una tarde lluviosa en Caracas y dice con alegría ¨Me siento en Rusia¨, con una sonrisa en su rostro y delicadeza en sus manos, ajusta sus zapatillas de punta y continúa bailando, viviendo su sueño de mostrar su talento en tierras lejanas. Verla danzar con pasión nos transporta a todos a un escenario internacional, nos sumamos a su sueño, ella es la protagonista y nosotros somos los afortunados espectadores.
De fondo la Mezquita de Ibrahim Al Ibrahim, ubicada en el sector de Quebrada Honda de Caracas, nos regala un paisaje que permite hacer volar la imaginación, nos traslada a otros espacios, quizás Marly siente que baila con una de las mejores compañías de ballet del mundo. Esta edificación es la segunda Mezquita más grande en América del Sur y nos recuerda la diversidad cultural y religiosa de nuestra urbe, esa riqueza que encontramos en el respeto a las diferencias y la tolerancia.
Caracas es una ciudad que sorprende, hoy fue el escenario para bailar, para permitirle al alma ser libre. Hoy un paisaje de nuestra ciudad permitió hacer los sueños realidad.
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