El Sr Martín, que vive y trabaja en el Estacionamiento del estadio, siente un gran amor por los animales y aunque tenga limitaciones económicas y físicas (mano izquierda paralizada) protege y alimenta a los perritos que están desamparados en la calle. En este ir y venir conoció a Marian, una muchacha protectora de animales que lo ayuda llevando a los perros al médico y haciéndoles terapia . Pero un día Martin sufrió una gran quemadura en su mano funcional, y Mariam se dedicó a ir todos los días a llevarle el tratamiento y curarlo, consolidando con esto una gran amistad, pues «dar» y «recibir» en verdad son lo mismo. El tiempo que le dedicamos al hermano, es el único tiempo Real que nos dedicamos a nosotros mismos. Siempre debemos preguntarnos ¿Quién cura a quien?
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