Una de las cosas que más me gusta de Caracas es su capacidad de regalarnos momentos e imágenes únicas, ese realismo mágico inherente a ella la identifica y nos permite ser testigos de, como en la foto, una persona tomando un descanso en pleno medio de la Avenida Bolívar, inmutable y en máxima relajación, sin que los cientos de carros veloces a los lados, cornetazos, sirenas y frenazos lo interrumpan. Esa es Caracas.
ser caraqueño
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