Luego de un largo día intentando capturar una foto que me gustara para el concurso, me senté a descansar en la Plaza la Candelaria, justo frente a mi un par de niños estaban jugando con un balón, y cada vez que lo golpeaban gritaban GOL y corrían por toda la plaza soñando con algún día ser los mejores futbolistas, la gente reía cuando los veían, de mi parte sentí nostalgia, recordando ese tiempo en el que nada era importante mas que la diversión y soñar con un futuro maravilloso, allí fue cuando me di cuenta que había conseguido el equilibrio en el caos y el momento perfecto para realizar esa fotografía.
Donde unos niños hacían olvidar el estrés y cansancio de las personas, tan solo, con sus inocentes sonrisas y sueños de plaza.