Sabana grande y sus aledaños está lleno de buhoneros que venden artesanías. Sin embargo desde un tiempo para acá hay una señora particular que me ha llamado la atención, es una señora cualquiera que se sienta todos los días después del mediodía al lado del Traki que está en sabana grande, solo que, con un compañero perruno. Malena vende artesanías en la calle junto a su perro Filemón, un Golden retriever, una raza amigable por naturaleza, así que es inevitable no reconocerlos. Lo que me llamó la atención fue la forma en que ambos interactuaban, tan natural y afectuosa, que decidí acercarme para saludarlos. Después de conversar un rato con Malena, me contó que Filemón era su compañero fiel desde hace 8 años y que lo había adoptado cuando era un cachorro. Desde entonces, Filemón la acompañaba a todas partes, cuidando de ella y de sus pertenencias, y compartiendo con ella los buenos y los malos momentos. Esta experiencia me llevó a reflexionar sobre el vínculo que existe entre los seres humanos y los perros.
Para empezar, los perros son animales que han sido domesticados por los seres humanos desde hace miles de años. Gracias a esta convivencia, se ha establecido una relación de mutua dependencia y afecto, en la que los perros brindan compañía, protección y lealtad a sus dueños, mientras que los seres humanos les proporcionan alimento, cuidados y amor. Pero lo que hace aún más especial esta relación es la forma en que los perros nos brindan su cariño y su afecto de manera incondicional. A diferencia de las relaciones humanas, en las que a veces existen conflictos, malentendidos y desencuentros, la relación entre un perro y su dueño es pura y sincera. Los perros no juzgan a las personas por su apariencia, su origen o su condición social, sino que las aceptan tal y como son, con sus virtudes y sus defectos.
En el caso de Malena y Filemón, pude comprobar como esta relación de amor y lealtad se veía reflejada en cada gesto y acción. Filemón seguía a Malena a todas partes, la protegía y la cuidaba, y ella a su vez le brindaba cariño y atención en todo momento. Textualmente Malena me confesó que era muy mamá con su perro. Así que, era evidente que el vínculo que existía entre ellos era muy fuerte y que se complementaban mutuamente de una manera única. Por esta razón, decidí hacerles una serie fotográfica a Malena y Filemón, con el objetivo de capturar esa conexión tan especial que existía entre ambos. Cada fotografía era una muestra de la complicidad, el cariño y la lealtad que se profesaban mutuamente, y que demostraban como el vínculo humano-perro puede llegar a ser más sincero y puro que el vínculo entre dos seres humanos.
En conclusión, la experiencia de conocer a Malena y Filemón me permitió reflexionar sobre el valor de la relación entre los seres humanos y los perros. Esta relación es especial porque se basa en la lealtad, el afecto y la sinceridad, y porque nos recuerda que las conexiones más significativas no siempre se dan entre personas, sino entre diferentes seres vivos que comparten una vida en común. Sus fotos son una forma de capturar esta conexión única y de compartir con otros la importancia de valorar y cuidar a nuestros amigos caninos.
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