Caminando por Chacao con mi cámara, llamó mi atención que mientras avanzaba hacia Chacaito, cada tanto me encontraba a más de estos personajes estáticos, inamoviles e inmersos profundamente en su realidad. Entre todo el alboroto y agite que caracterizan a Caracas, logré encontrar calma en los protagonistas de las fotos, me transmitieron esa tranquilidad que necesitaba en el momento. Decidí realizar una serie de fotografías que expresaran mi respuesta a la pregunta: ¿Qué se siente vivir en Caracas? – es justo lo que veo en la foto – humanidad, colores intensos pero no saturados, diferentes matices y texturas, mucho mucho movimiento y finalmente, esa calma de sentirse tranquilo de estar en casa.
Pero solo podemos apreciar todo esto cuando nos sentamos a contemplarla.
🙂