Se trancó el juego | Raimona Duartte

Curiosamente no me gusta este juego, sin embargo la emoción, y tranquilidad que transmitían estos señores, fue más atractiva. Era un lunes por la tarde, donde algunas veces las calles pueden parecer aburridas, pero estaban ellos allí, disfrutando y bromeando. Irradiando felicidad y curiosidad al mismo tiempo.