Yo, que he vivido en muchos sitios, y al mismo tiempo, en ninguno, de todas las ciudades en las que he habitado, de Caracas siempre me queda esto. Caracas tiene algo, algo que te hace sentir que eres de aquí, aunque naciste por allá. Algo escondido detrás de su poderosa sensación visual. Algo que guardan sus calles, congeladas en el tiempo y sedientas de más. Algo en su gente, y su particular caminar. Caracas tiene algo, que después de tanto analizarla, comprendí que me conecta con todos los lugares donde vi mi vida pasar. Caracas y su caos. Caracas y sus gritos. Caracas y su historia. Caracas es todas las caras de Venezuela conviviendo al mismo tiempo, y también, es una realidad tan aislada de la que vive el resto. Pero en efecto, Caracas siempre tendrá algo, sobre todo, para aquellos que saben mirar.