Se trepaba al semáforo y jugaba a dar vueltas al rededor de él con tal naturalidad como si hubiese nacido haciendo aquello. Se sentó, movió sus piecitos, y ahí me pareció que se camuflaban con la ciudad entera, era como ver las calles del centro de Caracas hechas piel.
ser caraqueño
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cuarta edición finalistas