Como un hito de la arquitectura moderna venezolana a mediados del siglo XX, aproximadamente en los años 50 el Mercado de Quinta Crespo reflejo el desarrollo urbano y social de Caracas. Su ubicación cerca del centro de la ciudad y de importantes vías de transporte, facilitaba y aún sigue facilitando el acceso a millones de personas que frecuentan esta ruta.
La avenida principal del mercado guarda un tesoro histórico: una estatua de piedra de Joaquín Crespo, erigida como eterno agradecimiento por la donación del terreno donde se levantó este vibrante centro de comercio, destacando que fue el primer mercado libre construido en la capital. Desde sus inicios, ha sido un punto esencial para el suministro de alimentos frescos y otros artículos esenciales, convirtiéndose en un símbolo de identidad y patrimonio cultural caraqueño.
Sus espacios interiores, diseñados para facilitar la circulación de personas y el cargamento de mercancía así como la amplitud y entrada de luz natural, lo convierten en un referente arquitectónico y un testimonio del pasado.