En el caos aparente de un tendedero, donde hay prendas de diferentes tamaños, colores y texturas se entremezclan, emerge un equilibrio perfecto de un hogar. Cada gancho lleva consigo historias, rutinas y el ritmo de la vida diaria en mi ciudad. Esta imagen captura cómo el desorden visual de lo doméstico encuentra armonía, recordándonos que incluso en lo más sencillo, el caos y el equilibrio coexisten de forma natural.