Desapegado de cualquier realidad, caminando las ruidosas calle de Caracas, me encuentro con un despojo de cualquier vergüenza, donde solo veo supervivencia. 2 seres de luz golpeados por la brutal sociedad, pero ¿Qué recapacité? ¿Qué mensaje estoy recibiendo? Todos los días salimos y nos ahogamos en problemas, que nos obligan a perder empatía con nuestros prójimos, nuestros hermanos Caraqueños. El venezolano es empático, sonriente, amble, y noble, y no sabemos en cual contexto está viviendo cada uno de nosotros, deberíamos encontrarnos todos los días con esta revelación, aprender a comprender al prójimo y aprender a decir SOMOS CARAQUEÑOS.
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