Vía a hacer unos pendientes y bajo un fuerte «palo de agua», me encuentro con este señor que estaba un poco afanado y ansioso por resguardar lo que tenía en su carro de mercado, entre el apuro de que no fuera a llover más fuerte y cuidar las pertenencias en su ya desgastado carrito, se detuvo un par de minuto a mirar toda la panorámica de gran parte de la ciudad en plenas Escaleras del Calvario, teniendo de frente entes públicos y muchos edificios que tal vez pudiesen ni conocer de su existencia, creo que me llevo a reflexionar a la «incertidumbre» que vivimos día a día, cuando no sabemos lidiar con lo que pudiera pasar.