Mercedes Charris de Tapia mejor conocida como «helados caseros quieren». Es una mujer alegre, carismática y trabajadora que desde hace más de 30 años vende helados de vasitos. Su historia comienza gracias a una señora que le enseñó cómo prepararlos y venderlos. Es así como llegó a trabajar en el colegio 12 de febrero, donde se hizo muy famosa por sus deliciosos helados; sobre todo por el de coco.
Allí permaneció todos esos años, hasta que en 2020 con la llegada de la pandemia tuvo que dejar de venderlos por un tiempo. Pero ese no fue el final de todo, ella decidió salir nuevamente a la calle y hace un recorrido desde la Av. Baralt, bajando por la Av. Urdaneta, luego sube a San Bernardino llegando al Hotel Ávila. Finalizando así su recorrido, por el Sambil de la Candelaria hasta llegar al final del Boulevard Amador Bendayán.
Por otra parte se podría decir que no solo es una mujer alegre, es auténtica y conecta con todas las personas que va conociendo en su día a día, de modo qué tuve el interés de acompañarla en su recorrido para conocer más de cerca su labor. Probablemente mis palabras no son suficientes para describir su esfuerzo diario, a pesar de los problemas que puedan surgir la señora Mercedes sigue adelante. Su mayor premio es el cariño y la gentileza de las personas, y poder vivir esa experiencia con ella para mí ha sido muy gratificante. En definitiva el final de su ruta es el inicio de la mía, donde espero algunos días encontrarme con ella y comerme un helado de coco. Por lo tanto para mí eso es lo que significa ser caraqueño: esos pequeños detalles que son parte de nuestra identidad y nos hacen recordar nuestra historia.
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