Es increíble pensar lo fascinante que puede llegar a ser un atardecer Caraqueño. Puedes estar en el bus escuchando una buena salsa mientras vas a tu casa, en tu carro de mal humor esperando a que cambie la luz del semáforo o simplemente caminando con tu pareja tomado de las manos; en todos los casos tranquiliza saber que la ciudad te regalará siempre un atardecer que podrás admirar, que te quitará la cara de cansancio y seguramente hará que te beses, apasionadamente, con esa persona ideal.
Esto es parte de esta magnífica ciudad, es parte de ser caraqueño.
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