Con 68 años, caraqueña, sencilla, paciente, perseverante, incapaz de guardar rencor, para ella sus matas, su perro , sus hijos, su fé, son lo más importante. De esas abuelitas que siembran una mata de jojoto en un apartamento y se le da. Trato de buscar el retrato, el personaje y digo ¡Ella misma es!.
Ella es mi madre, en su cotidianidad , regando sus matas como siempre cada mañana
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