La ciudad de Caracas es una maestra severa y desafiante. Ella nos exige y agota. Pero nos fortalece con su ruda belleza y la Gloria del Ávila protector, que se eleva como Ángel de la Guarda y nos brinda el bálsamo de su compañía cotidiana y su fresca naturaleza.
sonidos de la ciudad
ser caraqueño
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