Caracas, una ciudad de contrastes. En ocasiones la puedes sentir apresurada, y otras veces, con una apacibilidad que aturde. Ha tenido momentos de mucha agitación, otros de tensa calma, y otros de pasar inadvertida por otras realidades. Pero siempre está ahí, vigilante y poderosa como sus torres altas. Ruidosa; y de momentos callada.
Encantadora y perturbadora al mismo tiempo.
Y precisamente esa, es la magia que tiene Caracas.
ser caraqueño
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