La ciudad desde el cerro se percibe como un rumor lejano, traído por el viento, y sentido por el frío húmedo y cortante de la montaña… una amalgama de sensaciones y energías que nos ensimisman y nos empotran en una identidad difusa, atemporal… mezcla de naturaleza desafiante y urbe domada por la cordillera. |
ser caraqueño
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cuarta edición finalistas