Ser caraqueño es tener una esencia única, una forma de ser que es extraña para los que no son de Caracas, ser caraqueño es ese sonido único de violines, mientras viajas en tren, el sonido del «Buenos días Venezuela linda y educada», las cornetas por cada calle de la ciudad, el déjalo o la parada de cada caraqueño, el sonido de cada persona que por más distinta que sea, todas son iguales cuando de ser caraqueño se habla.
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