En una tarde muy, pero muy lluviosa, visitando a exposición de Jesús Soto Caracas en Estado de Vibración. El guía nos indicó que a Soto no le gustaba que asociaran su obra con la naturaleza, pues lo suyo eran figuras geométricas, rectas, cubos, contrastes de colores, movimiento… en fin, nada que ver con arboles, aves ni figuración. El cristal posterior de la sala, la torrencial lluvia y los arboles del jardín se encargaron por un instante de desobedecer al Maestro Soto uniendo el Arte Cinético la con Naturaleza. Un equilibrio solo posible en el caos caraqueño. En nuestra Caracas en Estado de Vibración.