Para mí, esta foto representa la espontaneidad de lo constante, aquello que se repite siempre sin premeditación alguna. Considero a Caracas una ciudad poblada de múltiples voluntades que fluyen entre sí, sin tropezarse unas con otras. Caminar por la mayoría de sus calles y volver la mirada a la mayoría de sus esquinas, por lo general, nos ofrece un cuadro donde se agolpa un conjunto de historias que suceden en simultáneo, pero que, aun así, poseen orientaciones distintas.
Una noche, al volver la mirada a una esquina de Bellas Artes, me encontré con una visión que, a mi parecer, representaba muy bien esa impresión de Caracas. Tomé una foto de aquel momento, logrando agrupar en ella a los que entran y salen del metro, a los que aguardan el autobús, a los que esperan en la acera e, incluso, a aquellos que van tan rápido por la ciudad que tan solo dejan una borrosa impresión de su paso.