Ser caraqueño es ver el Ávila todos los días, es caminar sus calles y saber que desde cualquier parte de la ciudad podrás admirar el «Ávila de los sueños» en dónde, con una sonrisa, soñamos despiertos y con alegría decimos «Caracas es Caracas, lo demás es monte y culebra». Un buen caraqueño no se pierde la dicha de ir al Ávila un domingo de mañana, ya que de allí nacen los sueños de muchos que esperan que vendrán nuevos tiempos.
sonidos de la ciudad
ser caraqueño
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ser caraqueño
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