La señora Aurora es una de las personalidades icónicas de mi barrio. Su casa es la «parada del agua», en donde todos los que vienen cansados, luego de la extensa subida, pueden beber un vasito de agua.
Todos en nuestros barrios tenemos una señora como Aurora, quien nos mima y funge como nuestra abuela en ausencia de la misma; con sus atenciones nos hace sentir apreciados, y junto a su carácter logra forjar unidad. Son personas como la señora Aurora con las que podemos crear comunidad unidas y perseverantes.
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